El cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, sigue sin pronunciar ni una palabra sobre la persecución que está haciendo el régimen de Daniel Ortega, a la iglesia católica, todo comenzó con la exclusión de la programación de la televisión de tres canales católicos y el ingreso a la fuerza y allanamiento a una parroquia.
Ya son algunas semanas las que han pasado y Rosa Chávez se ha quedado callado, es muy fácil hacerse el del “ojo pacho”, cuando no es conveniente ir en contra de los que gobiernan ese país, pues como ya se sabe, este cardenal está vinculado al FMLN y el FMLN a Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, quien ha otorgado asilo político a prófugos de la justicia que desfalcaron fondos del estado Salvadoreño como Mauricio Funes y Sánchez Cerén y toda su familia.
Es una cadena de doble moral, se prestan a seguir jugando un papel mediático de la oposición defendiendo intereses de pandilleros y organizaciones criminales, pero no se pronuncian en contra de los atropellos del derecho a reunión y a culto que es inherente al ser humano, es evidente que entidades oscuras han comprado la voluntad, los principios y la palabra del religioso.
A los actos de persecución, se le suma el secuestro policial de monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, Junto a él también fueron secuestrados cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos, y se agrega la expulsión de un grupo de misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta, el cierre de ocho radios católicas.
