Mediante un comunicado donde se encuentran 26 ex presidentes, el expresidente Alfredo Cristiani, bajo el nombre de Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), solicita al Papa Francisco que se pronuncie ante la persecución de los sacerdotes en Nicaragua, que va desde el cierre de estaciones de radio católicas hasta el secuestro de líderes religiosos.
Félix Alfredo Cristiani es acusado por omisión en la masacre de seis sacerdotes jesuitas, una de sus colaboradoras y su hija, en 1989, hacia el final de la guerra civil salvadoreña, además se presume que él habría dado la orden de ejecutarlos.
Ahora viene a pronunciarse por lo sucedido en Nicaragua, como si fuera el gran defensor de los feligreses y religiosos, cuando hay un requerimiento que afirma que el asesinato de los jesuitas se acordó en una reunión en el Estado Mayor, en la noche del 15 de noviembre de 1989, unas horas antes del crimen, por lo que era imposible que Cristiani no se enterase del cobarde acto. La Fiscalía dice que en esa reunión “se acordó consultar estas medidas con el Presidente de la República Alfredo Cristiani”. Eso es, textualmente, lo que dice el informe de la Comisión de la Verdad, publicado en marzo de 1993.
En un acto de hipocresía y doble moral, se atreve a pedir el pronunciamiento del pontífice, sin tener moral esto, así actúan los asesinos que un día dirigieron a los escuadrones de la muerte, desapareciendo a miles de salvadoreños sin ningún motivo justificable.
