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Nacionales

El papel de funcionarios de EE.UU. para reprimir naciones en desarrollo que no comparten su mecanismo de imposición como El Salvador

Los gobiernos de Estados Unidos, se caracterizan por ejercer su injerencia a través de la fuerza, utilizando el mismo método que usa dentro de su territorio, y es el hecho de “idealizar” la cultura norteamericana como la mejor, la más avanzada y la que ofrece mejores estilos de vida, dejando por fuera los principios y creencias de aquellos que tienen origen latinoamericano para imponer su culturización y hacer sentir avergonzados por el lugar del cual son descendientes.

Entre otras cosas, el origen político-ideológico es usar el término POPULISMO, para degenerar el significado de la popularidad que podrían tener los mandatarios en América Latina, para tratar de hacer ver que las acciones o decisiones solo son por hacerse, cuando en realidad son acciones implementadas hacia el beneficio de los ciudadanos.

Es por eso el tan usado término de la “Democracia”, el cual su significado es una forma de premiar a los gobiernos que se dejan doblegar, renunciando a los intereses de una nación, sus proyectos e ideales, para dar paso a los beneficios del país norteamericano, haciendo lo que ellos dicen y siguiendo el mismo libreto que termina con las culturas y los gobiernos que han demostrado que son capaces de hacer las cosas de una forma distinta.

Ese es el papel del senador Bob Menéndez, cuando cuestionó al nuevo embajador de EE.UU. asignado en El Salvador, justificando su injerencia e intromisión al comparar al Presidente Bukele con Hitler, cualquier país que se muestre anti globalista y demuestre sus intereses nacionalistas, es un país al cual se debe reprimir y por todas las cosas hablar mal de lo que se hace, basando sus justificaciones en violaciones de derechos humanos y una falta a la democracia.

Menéndez no ha ganado su cargo por sus propios méritos, sino más bien ha sido impuesto, actualmente tiene acusaciones por 18 casos de pedofilia y corrupción, entre ellos tener relaciones sexuales con menores de edad en República Dominicana, tráfico de influencias para obtención de visas a cambio de contribuciones electorales, interferir en investigaciones judiciales, estafa, calumnia y difamación. Indiferentemente haya sido encontrado culpable o no, no es de extrañarse que EE.UU posee un sistema judicial corrupto y clientelista prostituido por muchas de las “Élites Corporativas Globalistas”, es por eso que escogen a estas personas para hacer el trabajo sucio.

EE.UU., tiene un amplio historial en la participación de Golpes de Estado a gobiernos legítimos electos democráticamente en América Latina y el mundo, carece de solvencia moral, el Senador Menéndez dice tener una situación “desafiante” en El Salvador, se otorgan sin que nadie se los pida una intrusión, como si se otorgasen ellos mismos en meterse en la política y forma de gobernar de otros países.

El Senador estadounidense, oculta una realidad incómoda para los demócratas de el país norteamericano, el concepto “democracia”, ha perdido valor en Latam gracias a su instrumentalización contra gobiernos no alineados, como en el caso de El Salvador, esto limita la manipulación que puedan hacer sobre el Estado salvadoreño, y ese es su mayor problema y su enojo, que se le está saliendo de las manos ejercer el control y lo acusan de populista.

El país del norte, enfrenta seria amenaza económica-comercial de China en Latam; eso los vuelve vulnerables. Hay una doctrina que impone Estados Unidos y es la conocida como “Doctrina Monroe” que se trata de ejercer una intervención militarizada en otros países es por eso que han decidido activarla contra el país, las relaciones entre China y El Salvador han aumentado, y Biden ha perdido autoridad, por lo que en la actualidad violan el Derecho Internacional entrometiéndose ilegalmente en la política salvadoreña.

Las violaciones se detallan a continuación: Principio Universal de No-intervención, Constitución de la República de El Salvador art. 96, 97; Convención de Viena art. 41 inc. 1, 3; Carta de la ONU art. 1.2, 2.7; Ley Especial de Migración y Extranjería de El Salvador art. 21 inc.1, art. 230 inc. 6, 9, 11.

En el pasado utilizaron a Norma Torres para ejercer su agenda e influencias en el gobierno del FMLN con Cerén y Funes, estos dos han hecho una mala lectura de realidad sociopolítica de El Salvador, y consientes de la no existencia de troles tratan de minimizar estratégicamente popularidad del Presidente Bukele, que en todas las encuestas ha salido como el Jefe de estado mejor evaluado, mientras que la imagen de Biden y los demócratas y su agenda de imposición está por los suelos.

Por lo tanto, ni Norma Torres como tampoco el Senador Menéndez o cualquier funcionario de Estados Unidos o de origen latinoamericano, tienen jurisdicción en decisiones del Presidente Bukele, quien es respaldado por apoyo popular mayoritario en El Salvador, estos no son “excepcionales ni importantes”. Su injerencia provoca repulsión por lo que la población los juzga.

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