Samuel Eto’o ha vuelto este lunes a Barcelona y se ha sentado en un banquillo. Pero no en el del Camp Nou, sino en el de la Ciudad de la Justicia. El exdelantero del Barça ha puesto fin a su pleito con Hacienda al admitir un fraude fiscal de €3,8 millones de euros en la tributación de sus derechos de imagen. El exfutbolista ha sido condenado a 22 meses de cárcel, pero no pisará la prisión.
La Fiscalía pedía penas de hasta 10 años y medio de cárcel para Eto’o y su representante, José María Mesalles, por cuatro delitos contra la Hacienda Pública en los ejercicios de 2006 a 2009, así como el pago de indemnizaciones y multas que superan los 14 millones. Los escritos de acusación se formularon en 2016 y el juicio no se ha celebrado hasta seis años después tras un acuerdo entre acusaciones y defensas.
El pacto implica la suspensión del ingreso en prisión de Eto’o y Mesalles (condenado a un año de cárcel). Ambos se han comprometido a devolver la cantidad defraudada.
El fraude fiscal consistió en que Eto’o tributó indebidamente los ingresos derivados de la cesión de sus derechos de imagen a la marca deportiva Puma y al F.C. Barcelona. Debía hacerlo en su declaración de IRPF, pero lo hizo mediante dos sociedades, un fraude fiscal clásico de las clases más adineradas y los millonarios.
En su declaración ante la magistrada, Eto’o ha admitido la simulación de los derechos de imagen, pero ha achacado la responsabilidad del fraude a Mesalles, quien en sus tiempos como jugador fue su representante y su hombre de confianza. El astro camerunés se ha llegado a referir a Mesalles en términos de paternidad.
“Era mi padre quien se ocupaba del niño que era entonces. Voy a pagar pero siempre he hecho lo que mi padre me decía que tenía que hacer”, ha manifestado Eto’o, que en el periodo en el que cometió el fraude tenía ya 25 años. Uno de los peritos que ha declarado en el juicio ha corroborado la versión del exfutbolista al señalar a Mesalles como el ideólogo del fraude.
Eto’o simuló que los derechos de imagen del futbolista habían sido cedidos a dos sociedades residentes en Hungría y España, de forma que las rentas desviadas hacia la sociedad húngara no tributaron a Hacienda, mientras las desviadas a la sociedad española lo hicieron a un tipo muy inferior al que correspondía en el IRPF.
En concreto, las cuotas defraudadas entre 2006 y 2009 fueron €504.003, €1.283.653, €1.138.000 y €946.965 euros, respectivamente, cantidades que Eto’o y Mesalles ya ha rembolsado en parte y se ha comprometido a devolver en su totalidad. Ambos condenados han presentado un plan de pago que la jueza ha aceptado.